Dame alas para volar, Señor,
pero para volar caminando,
constantemente. La calle gusta,
apetece acelerar, abrir
la ventanilla, liar, fumar.
Incluso las situaciones
más precarias adquieren tonalidad
de capítulos importantes
—mete la radio y haz del coche
una fiesta, de la casa
una discoteca y sigue
fumando—. Su pelo rubio no huele
a tabaco.
/ / / / / / / / Pero, ¿a qué huele
su casa, Rober? ¿A qué huele
Chapa cuando la botella
de bombay saphire está más barata?
La música contesta (
el próximo tren sale a las once horas
y treinta minutos), ciu, facultad
de odontología =
aparcamiento gratis y mear,
porque cuando meo pienso en ella
bailando, cerca, muy cerca
y las cejas negras son como
las fronteras del altruismo,
más allá, entre ahora y ahora.
La vida esconde sus fuegos,
sus fuegos de colores y pregunta
el porqué de mi mirada
y el porqué de tus respuestas
atentas, sugerentes. Otra copa,
otra fuerza por los dedos
y los oídos, otra
/ / / / / / / / / / / / / revolución
deshecha, aquí y ahora.
Pensamos que la de Burgos
está llena de futurizantes
momentos, de radares contra
la ceniza, porque ahí está
la sensación de todos los días
—sus labios rojos,
su lunar de forma inquieta
en mi respiración—,
incluso están los besos y rumores
que conocemos de sobra.
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