a María
No hay cosa más fuerte que sentir tu sonrisa
sujetando mis brazos, no hay cosa más dulce,
y lo quiero, al caerme y en la vista mirarte
y verte con la fuerza oculta en el amor.
Qué cosa tan bonita cuando vistes,
la paleta colmada en el desnudo que imagino.
Qué fuerza personal la de tu voz que siempre
es un secreto, calla, que siempre es la debilidad
de los futuros cambios. Qué trayecto el carmín
que dejas en el vaso. No hay cosa más dudosa
que esa mancha, que esa firma que los dedos
sellan y más: transportan. Qué limpias son tus uñas
que rasgan mi caída y la desatan y encuentran fuerza.
Te descubro por Twitter y me topo con tus versos. Atropellado por la belleza.
ResponderEliminarSalud.
Qué inmenso.
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