martes, 20 de marzo de 2012

Un consejo, un apoyo, un abrazo

a Víctor Sierra

Para alcanzar las cosas imposibles

tenemos que manchar la virginidad de nuestros padres.

Solo ahí nos encontraremos con nosotros.

Para alcanzar las cosas imposibles

hay que leer despacio, con los dedos,

un manuscrito, salir cualquier lunes

y apreciar Recoletos enfrente

y allá a lo lejos las quimeras.

Para alcanzar las cosas imposibles,

ante todo, dejar el tabaco

y fumar las revistas filológicas,

los recuerdos precisos, y que el humo

sea entonces bienestar y no cenizas

de un tiempo que no fue.

Para alcanzar las cosas imposibles,

un baile y unos ojos. Romper la hache

y el genitivo en esta plenitud

que se ahoga corriendo.

Para alcanzar las cosas imposibles,

repito, un bailes y unos ojos y un futuro.

Para alcanzar las cosas imposibles

hay que teñir los bienes más sencillos

con el tacto cansado de las sábanas,

y buscar en las radios de los coches

la banda sonora del día a día.

Para alcanzar las cosas imposibles,

paciencia, Víctor, paciencia.

Cuando veamos la dicha en lo feo

y el esfuerzo tranquilo en la rutina

que se queda en la camisa, veremos

la capacidad que tiene el andar

por la tierra de sorprendernos.

Veinte años como veinte soles

sábado, 3 de marzo de 2012

Dos dedos

Dos dedos. Son dos sueños que acarician

el suelo recién pleno con la lluvia.

Y con amor. Dos dedos en el borde

de mis labios con tus sienes cansadas.

Dos dedos poco a poco -con amor-.

Y te quiero. Y se suben las rodillas,

y cruje y baja y vuelve a subir ya

el color de un retrato impresionista…

… y llueve lento, María, otra vez.

Una voz ahogada. Me los mojo

los labios y silencio con la lluvia.

Te quiero cuando llueves y sacas el sol

por la noche. Ya están los dedos mojados

descansando despacio. Me otorgas el estío

de una tarde pequeña sin tuya en el cuello.

Todo cuanto sabía no es nada en esta luz.

Alterae res

Vídeo realizado por Alma Prieto