miércoles, 30 de junio de 2010

Metamorfosis del amanecer (tan vana y grande)

Descanso, desintoxicación o cualquier otra palabra podría emplearse para definir con exactitud estos días que se presentan ahora terminados. Quizás haya sido la molestia de la arena en las sábanas o quizás haya sido la música de discoteca el detonante de esta situación de desengaño: que la vida en si misma es la cosa más bonita del mundo. La belleza eclipsa el negro horizonte y de sus cenizas hace un collar de piedras ideal como complemento de un vestido blanco de playa. El cristal dorado que aparece debajo de la arena viene después de la metamorfosis. Todavía no me he dado cuenta si las olas varían su continuo ir y venir, subir y bajar, pero el periplo nos ha colmado a todos -por lo menos a mí- del equilibrio necesario para afrontar unas merecidas vacaciones. Tanta fiesta me ha asentado la cabeza.


Playa de Gandía (parece como si el sol quisiera rozar el Mediterráneo con sus dedos).

2 comentarios:

  1. Sesi!!! escribe algo nuevo, que me entretienes!:)
    por cierto, es una descripción muy personal de un momento del día muy exacto que ya está muy tocado, pero lo haces diferente!

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  2. Es curioso, Gandía fue mi primer destino de profe (y vivía en la playa) y no llegué a ver nada tan espectacular.

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Alterae res

Vídeo realizado por Alma Prieto